Este curso hemos repetido esta propuesta que empezamos el curso pasado en colaboración con el Geoparque de las Sierras Subbéticas y la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible,que nos han permitido contar con varios agentes de Medio Ambiente y además nos han dejado unos 30 prismáticos, y 3 telescopios terrestres  promovida por el Departamento de Biología, y dirigida al alumnado de todos los grupos de 1º de ESO. Hemos ido en dos fechas, el 15 y el 29 de mayo, con los profesores Antonio Jiménez, Laura Mellado y José Manuel Zamudio, y el conserje Javier Gallardo, gran aficionado y conocedor de las aves.

Esta actividad se enmarca dentro del Plan de Actuación de la Ecoescuela, y tiene el objetivo del conocimiento y sensibilización sobre la conservación de las aves, de la fauna y de la Naturaleza en general. Gracias a estos fines tan imprescindibles para nuestro presente y futuro como Planeta, encontramos colaboración espléndida e interesada por parte de estas entidades y las personas que las conforman.

Las aves son los animales más generosos en mostrarse con todo su esplendor ante nosotros, con su belleza, con sus vuelos y cantos, y por lo tanto en seducirnos en el amor y el respeto a la Naturaleza. Son un ejemplo perfecto, además, del estado de salud del entorno, y muy susceptible a las agresiones que las personas, directa e indirectamente, cometemos con nuestras acciones y decisiones.

Si bien el año pasado nos centramos en zonas pertenecientes al Geoparque, este año hemos considerado, de acuerdo con la idea de Pedro Arjona, agente de Medio Ambiente del Geoparque, y diseñador de la actividad, dirigirnos a otros destinos, cercanos también, pero que nos ofrecieran la posibilidad de mayor riqueza de avifauna. Y qué mejor que los humedales, zonas de especial protección, donde convive la diversidad de unos grandes hábitats. Pedro Arjona, es un experto conocedor, su propio oficio así lo certifica, y amante de la protección del Medio Ambiente, además de un gran comunicador con muchos recursos naturales, propios y universales (La Biodiversidad lo es) para mantener la difícil atención de los adolescentes. Por ello nos ponemos en las mejores manos para que nos guíe por tan fascinante mundo.

Partimos en autobús bordeando el río Cabra, aprovechando el viaje para explicar la utilización de los prismáticos y las diferencias entre las cuencas endorreicas, que no vierte al mar, y las exorreicas, que sí lo hace, pues íbamos a ver un ejemplo da cada una de ellas y en ese orden. El primero, la Laguna Zóñar, en el término municipal de Aguilar de la Frontera. En realidad es un lago, el único de Andalucía, pues es el único que supera los ocho metros de profundidad que lo diferencia de una laguna. En concreto unos 17 metros de profundidad, donde por esto, abundan las aves buceadoras, como el Somormujo, del que pudimos disfrutar de su llamativo cortejo , las Fochas Comunes, y la Malvasía Cabeciblanca, seña de identidad de esta Laguna, pues es una especie que se ha podido recuperar en Zóñar, gracias a un programa especial que empezó en los años setenta. También vimos Un Águila Calzada que nos sobrevoló mientras comía en pleno vuelo, así como una Garza Imperial. Vimos también Gorriones, Aviones Comunes, Golondrinas y Vencejos. Nos establecimos en el entorno del Centro de Visitantes, que cuenta con un audiovisual, y de dos exposiciones, una de ellas de fotos de las especies de aves que viven o pasan por Zóñar.

Después del desayuno nos dirigimos al Embalse de Cordobilla, siguiendo el transcurso del canal Genil- Cabra, que abastece de Riego varios pueblos de la campiña sur de Córdoba, muy cerca del poblado Cordobilla, en Puente Genil. Después de andar un kilómetro, nos establecimos a la sombra para desplegar nuestros telescopios y disfrutar de la vida de las aves. Al no tener demasiada profundidad aquí encontramos zancudas y nadadoras, que no se sumergen en su totalidad para alimentarse. Llamaban la atención la cantidad de majestuosos flamencos, espectaculares cuando remontaban el vuelo y desplegaban el rosado intenso de sus alas. También había un número importante de Aguiluchos Laguneros, que sobrevolaban y a veces asustaban a las Avocetas, que volaban en pequeña banda armando una curiosa algarabía con sus graznidos. Vimos también Garzas Reales, Fochas, Ánades Reales. Nos gustó especialmente el esquivo y azul intenso Calamón, que estaba con su familia al completo, y el raro Morito, una zancuda marrón oscuro, que lamentablemente se encuentra en peligro de extinción, allí dirigimos todos nuestros telescopios.

En Cabra, a 29 de Mayo de 2019

José Manuel Zamudio Sierra

Coordinador de Ecoescuelas

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