Ante la cercanía del 25 N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, queremos publicar un proyecto de investigación sobre el machismo en nuestra comunidad educativa. Lo ha realizado el alumnado de 1° y 2° de bachillerato en la materia de Proyectos Transversales de Educación en Valores. El trabajo se ha realizado en colaboración con el Plan de Igualdad y el Programa de Ecoescuelas, que este curso está introduciendo la competencia ecosocial en sus planteamientos; al fin y al cabo, el trato justo hacia el entorno pasa por un trato justo entre los seres humanos, como parte integrante del entorno.

Se han definido tres tipos fundamentales de machismo:

El machismo referido a roles considera que el rol (papel) de la mujer debe ser el de ama de casa, es decir, el de dedicarse a la limpieza del hogar, la crianza de los hijos, la cocina, la compra, etc. mientras que es el hombre el que debe trabajar para traer el dinero a casa y el que debe disfrutar de una vida social plena.

El machismo referido a rasgos psicológicos engloba las características o atributos de carácter psicológico que, de manera sexista, se consideran propios de lo masculino y de lo femenino. A la mujer corresponderían rasgos como la inseguridad, la dependencia del hombre, el escaso control de los impulsos, el ser asustadizas o la debilidad mental, mientras que lo propio del hombre sería la seguridad en sí mismo, la independencia, el autocontrol, la valentía y la fuerza mental.

Por último, y quizás el más peligroso de los machismos porque puede derivar en la violencia de género, tenemos el machismo referido a la legitimización de la autoridad del varón en la pareja. Se produce cuando se cree que el varón está legitimado para ejercer el poder y así controlar y poseer a su pareja. Este ejercicio del poder pasa por tomar de forma individual las decisiones importantes que afectan a la pareja o a la crianza y educación de los hijos.

El alumnado ha pasado más de 200 encuestas a los miembros de la comunidad educativa, incluyendo a familiares, alumnos y alumnas, así como docentes. Las encuestas han distinguido el sexo y cuatro intervalos de edad comprendidos entre 15-30; 30-45; 45-60 y mayores de 60 años. Tras el análisis de los datos debemos congratularnos porque hemos detectado menos de un 5% de respuestas machistas, mayoritariamente en varones con edades comprendidas entre 45-60 años y mayores de 60 años. Dentro de este 5%, el machismo más frecuente ha sido el machismo referido a roles y el de legitimización de la autoridad del varón en la pareja.

Podemos, pues, concluir, que el buen hacer desde el Plan de Igualdad y el de todos los docentes que nos empeñamos en erradicar este prejuicio de nuestra sociedad, va dando sus frutos y que el machismo es hoy algo residual en nuestra comunidad educativa.

No obstante, los peligros procedentes de la violencia en la pornografía, a la que los niños acceden cada vez más jóvenes, la cosificación de la mujer en la publicidad, el sexismo de las RRSS y el de diversas formas culturales, como el género musical del reggaetón, que asume sin complejos un lenguaje abiertamente machista, nos obligan a no bajar la guardia frente a esta lacra inadmisible en esta altura de los tiempos.